Cuando vivía la escalada nunca lo hacía a modo de competir con otras personas, lo hacía para conmigo misma. Llegué a tomar conciencia de que la escalada también me servía como medio para comunicarme con mi padre. Cuando mis padres se separaron, yo tenía 4 o 5 años, los primeros años estuvimos viviendo con mi padre la mayor parte del tiempo, pero a mis 12 años se produjo un estrés en el ámbito familiar que provocó que nos fuéramos a vivir a casa de mi madre. Yo no estaba de acuerdo con esa decisión y podía haberlo expresado en ese mismo instante en que mi padre nos preguntó con quien queríamos vivir, pero el caso es que no quería separarme de mis hermanos con los que tenía un fuerte vínculo emocional, así que actué en incoherencia.
Como os comenté en otro post, el psicoanalista Sigmund Freud ya acuñó en sus teorías de las etapas psicosexuales del desarrollo de un niño, el término Complejo de Edipo, que tiene que ver con la relación madre-hijo o madre-hija. Más tarde el psiquiatra Carl Gustav Jung define el Complejo de Electra, un término que se deriva del mito griego de Electra y su hermano Orestes, el cual tiene que ver con la relación padre-hija o padre-hijo.
En la relación padre-hija, normalmente éste se halla ausente y la hija tiene una necesidad de protección y reconocimiento. La hija acaba buscando en su marido esta protección que no ha vivido en casa. Si se da la relación entre padre-hijo, el padre puede ser muy sobreprotector o «castrador» y el hijo buscará una mujer que sea parecida a él y así ser cuidado por ella como si ésta fuera su padre.
En mi caso, mi padre era un hombre muy entregado a su trabajo como militar, para su inconsciente la milicia era su familia. Mi padre nos educó siempre desde el amor y desde el respeto y la comprensión, pues a mi nunca me instó a entrar en el Ejército y a seguir sus pasos sino a elegir aquello que más me gustase. A los doce años me distancié de él para irme a vivir a casa de mi madre. Cuando empecé a escalar a los 20 años, recuerdo llamar a mi padre muy ilusionada para contarle que me había comprado mis primeros pies de gato, a lo que él me contestó muy seca y firmemente «que me dejase de escaladas, que me centrase en los estudios». Entonces me llevé bastante desilusión, pues seguía buscando su reconocimiento inconscientemente, pese a que él me reconociese apoyándome en las decisiones que yo tomaba con los estudios, el reconocimiento que yo buscaba era más bien el de la plena atención, es como si yo le estuviese queriendo decir «hola papá estoy aquí mira lo que hago».
A los 22 años terminé la carrera en Zaragoza y regresé a casa de mi madre, pero nuestra relación amor-odio provocó que decidiera irme a vivir a casa de mi padre. Entonces me empecé a preparar las oposiciones para la Guardia Civil. Viviendo en casa de mi padre me sentía comprendida, podíamos hablar de mis proyectos de escalada y de la Guardia Civil con ilusión. Me sentía escuchada y había un vínculo que nos unía para empezar a conocernos padre e hija después de tantos años.
Me sentía escuchada y reconocida por él, un reconocimiento que había buscado y al que me aferraba para seguir siendo su niña. No os podéis imaginar cómo me sentía el día de mi jura de bandera vestida de Guardia Civil y mi padre con su uniformidad militar. En verdad era lo único que nos unía, pues para él, inconscientemente, su familia fue el ejército y yo empezaba a formar parte del él de alguna manera.
La relación con el padre
Para un niñ@ la figura paterna en su desarrollo psicoemocional es muy importante. Pues hasta los siete años de edad lo es el vínculo con la madre, ya que han formado parte de un mismo cuerpo y han compartido emociones dentro del vientre materno. A partir de los siete años de edad el niñ@ se separa físicamente de la madre para formar parte del mundo como individuo, es aquí donde el papel paterno tiene una gran importancia, pues es quien le va a proporcionar estructura y seguridad al niñ@ para que sólo pueda ir aprendiendo a pertenecer al mundo como ser individual.
En mi casa la educación con mi padre era bastante estricta y disciplinada, cualquier error podía ser causa de un soplamocos. Esto no quiere decir que mi padre no nos amase con todo su corazón, pues era la manera que él conocía y detrás de ello siempre hay una intención positiva. La educación que tuvo mi padre en su casa de niño también fue muy recta y más tarde, a la edad de hacerse un hombre, fue educado bajo la disciplina militar, así que mi padre no sabía hacerlo de otro modo.
Recuerdo que no nos dejaba ir a las fiestas del pueblo de al lado con nuestro amigos, éramos los únicos que nunca íbamos. Esa era la manera en que mi padre nos protegía, es la información que él lleva de sus padres y de sus abuelos. Para nosotros era frustrante porque mi madre nos educaba desde la otra polaridad, desde el «te doy libertad pero no libertinaje», lo que nos otorgaba plena responsabilidad en nuestros actos.
Hago un inciso para mostraros como la información que portaban mi padre y mi madre en este sentido de cómo educar a los hijos con respecto a la libertad que les daban, viene a ser la misma información manifestada en sus dos polaridades, lo estricto y lo liberal. Ahora, esa información que portan cada uno de ellos es heredada de sus ancestros, entonces habría que analizar cómo fue la educación en sus árboles que podrá manifestarse en una polaridad o en la otra, pero que al final viene a ser lo mismo. Pues en este mundo dual que vivimos, el Uno hace el Dos. Para que haya luz necesitas polo positivo y polo negativo, para saber lo que es la salud, tienes que conocer la enfermedad, para que haya paz tiene que manifestarse la guerra, si trazas una linea curva es inevitable que aparezca su lado cóncavo y su lado convexo, si la trazas horizontal, el arriba y el abajo, la luz y la oscuridad, el anverso y el reverso, el bien y el mal, el ying y el yang, el hombre y la mujer, y así podría seguir con un largo etcétera.
Lao Tsé, filósofo chino autor de la obra esencial del taoísmo, el Tao Te Ching, hacía alusión a la dualidad diciendo que «todos los opuestos se originan simultáneamente y recíprocamente», es decir, la energía, la información en el mundo dual, se manifiesta en sus dos polaridades y para ser seres completos tenemos que integrar el opuesto y no rechazarlo. Para mi padre la educación liberal era algo que no toleraba, era su sombra, lo que no le permitieron de pequeño y por lo tanto nunca se ha permitido. Para mi madre, lo estricto era su sombra por cómo fue ella educada en su familia, así que en lugar de integrar y aceptar sus sombras se limitaron a rechazar al opuesto y agarrarse a sus creencias de que su forma de educar era la correcta. ¿Pero qué es lo correcto? Los dos estaban en lo cierto y ninguno tenía razón. Todo es una interpretación de cada ego, cada uno desde su experiencia establece unas creencias, pero señores, si queremos ver con claridad, no nos podemos posicionar.
Siguiendo con mi historia personal, a mis doce años de edad sufrí un fuerte shock emocional cuando me separé de mi padre. Fue entonces cuando me rompí el diente contra el suelo jugando con mi hermano. Recuerdo estábamos en casa de mi madre jugando a pegarnos, como de costumbre, y resbalé con un cojín golpeándome contra el suelo y rompiéndome la pala izquierda por la mitad. A día de hoy entiendo que nada es por casualidad y que todo lo que ocurra en mi vida tiene que ver con mi estado de conciencia (pensamientos, sentimientos, deseos, voluntad…) y obviamente aquella incoherencia se manifestó en mi vida.
La proyección de mi información inconsciente:
Los pensamientos, sentimientos y deseos corrientes forman parte de un Orden Explicado(OE), nuestro Consciente, pero por debajo de ellos subyace el Orden Implicado(OI), es decir, el Inconsciente en el cual se encuentra toda la información heredada. Como ya demuestra el principio de la Holografía, descubierto por Dennis Gabor y apoyado por grandes pensadores como Karl Pribram, David Bohm, Robert Lanza, Max Karl y James Hopwood entre otros, la información de nuestro inconsciente (OI) se proyecta en nuestras vidas en forma de circunstancias, comportamientos y tendencias cognitivas y emocionales como el temperamento o la personalidad, es decir, el Orden Explicado.
La información que yo proyectaba en mi vida con relación a la fuerte búsqueda de reconocimiento paterno iba más allá de que hubiera tenido un «padre ausente» durante mi infancia y adolescencia, pues mi necesidad de atención paterna era algo que se salía de lo normal. Hay algo en mi inconsciente que recientemente acabo de descubrir. Mi padre tuvo una hermana que a los cuatro meses de nacer falleció. Por este motivo mis padres tenían la ilusión de tener una hija, según me contó él. Este deseo genera unas emociones que se instalan en sus genes, al igual que el estrés del fallecimiento provocó una marca epigenética en su ADN, como ya demuestra la Epigenética Conductual.
Nazco yo con una información que es reemplazar la ausencia de la hermana que no tuvo mi padre y que «casualmente» se llamaba Resurrección. De aquí el que yo insista tanto inconscientemente en ser la hija mirada de papá, pues fui concebida con ese propósito. Esta niña nació un 9 de abril (mes 4) de 1950, falleciendo 4 meses después un 4 de agosto (múltiplo de 4) de 1950. Para más curiosidad mi abuela materna tuvo 4 hijos, mi madre tuvo otros 4 hijos, mi abuela paterna tuvo 4 abortos y yo he estado 4 años sin la menstruación. No entiendo de numerología pero si algún lector/a puede aportar algún conocimiento sobre ello, por favor que comente el post, estaría encantada de leerlo.
Esta información (el Orden Implicado), la proyecto en mi pantalla de la vida haciendo cosas que guarden una fuerte relación con mi padre, como es mi gran afición por la escalada y la naturaleza y mi profesión como Guardia Civil (este vendría a ser el Orden Explicado), al mismo tiempo se manifiesta en mi biología cuando me rompo el diente al separarme de él y sufro los posteriores problemas de infección en ese diente (OE).
La proyección en mi biología:
Un amigo mío que trabaja como dentista e hizo los cursos de Bioneuroemoción conmigo, me dijo que la pala izquierda tiene que ver con el padre. No me dijo mucho más pero me recomendó leer sobre la Biodescodificación Dental que estudia nuestra información inconsciente manifestada en cualquier patología dental o bucal. Así los conflictos, las preocupaciones y distorsiones mentales nos afectan también a los dientes.
Entonces empecé a entender muchas cosas sobre mi problema dental. Pues desde que me rompí ese diente he tenido muchos problemas de infección. Me han hecho tres o cuatro endodoncias y dos apicectomías, pero pese a todo ello, siempre me volvía a salir infección. La última apicectomía, que es una operación quirúrgica, me la hicieron en 2016, ya advirtiéndome el médico de que si salía de nuevo la infección habría que extirpar el diente y poner una prótesis dental.
Cuando hice los cursos en Bioneuroemoción me cayó entonces la ficha, que decimos nosotros cuando tomamos conciencia. Me explico: mi diente (pala izquierda=padre) se rompió justo cuando me separé de mi padre a los doce años (ruptura=separación). Y durante toda mi vida he tenido infección en ese diente, porque siempre ha habido un estrés inconsciente de estar con mi padre, de buscar su atención, su reconocimiento. Recuerdo estar destinada en Tenerife y pasarlo realmente mal, porque tenía la necesidad y apego de estar con él, inconscientemente claro, pues yo, conscientemente, me daba mis explicaciones y justificaciones. Cuando estuve destinada en Sabiñánigo, Huesca, a cuarenta minutos de casa de mi padre, yo tenía allí mi propia casa y podía ser una mujer independiente y hacer allí mi vida, pero mi inconsciente seguía buscando a mi padre, por lo que todos mis días libres me iba a su casa. Imagina el estrés de arriba para abajo con la maleta de aquí para allá, que no me permitía estar ni en un sitio ni en otro.
Así mi información inconsciente se manifestaba en mi biología y en mi vida con la escalada y el trabajo como Guardia Civil. Cuando tomé conciencia de todo ello la infección de mi diente remitió. Comprendí que tenía que dejar de ser esa niña en casa de su padre buscando su amor y su reconocimiento, que tenía que agradecerle todo lo que había hecho por mi y que él me quería hiciera lo que hiciera. Era momento de despertar y de ser una mujer libre, adulta emocionalmente.
«Sin un cambio de conciencia, no hay verdadera reducción de estrés» David R. Hawkins
A día de hoy cuando noto que me duele el diente analizo el posible estrés que estoy viviendo en ese momento y es que todo cuadra. Hace poco estuvo mi padre en el hospital, estuve visitándolo, pero me sentí culpable por no haber pasado más tiempo con él. Aquí se está manifestando el ego, pues nos apegamos a las personas creando una dependencia emocional para que no nos sintamos solos, entonces el ego te culpabiliza para que mantengas ese vínculo. En otro post os hablaré bien del ego y del Ser 😉 Bueno el caso es que cuando me volví a Barcelona me sentí tremendamente culpable por no haber pasado más tiempo con él en el hospital y entonces empecé a sentir un fuerte dolor en el diente, de nuevo estaba proyectando ese programa inconsciente que se manifestaba en mi biología. En ese momento puse toda mi atención en el «aquí y ahora» para evadir los pensamientos del ego, que siempre se aferra al pasado o al futuro, manteniéndonos en el estrés y en el miedo. Me costó algo más de un día pero finalmente los pensamientos de culpabilidad remitieron y el el dolor desapareció.
Con esto quiero que entendáis que la información que llevamos en el inconsciente la podemos trascender, pero es una información que no desaparece. La energía ni se crea ni se destruye, se transforma. Así que con la toma de conciencia cada vez que la vida me ponga otra situación relacionada con mi padre, me pondrá a prueba, para que la viva ahora con plena conciencia y poco a poco la vaya trascendiendo, la vaya viviendo desde el desapego y desde el amor.
Me despido con una bella frase de un curso de milagros que dice así:
«Se necesita haber aprendido mucho para poder llegar a entender que las cosas, acontecimientos, encuentros y circunstancias son provechosos» (Manual del maestro: Cap.4-I, pág. 10)
Excelente Patrícia! Me encanta tu sinceridad y disfruto, aprendo y reflexiono mientra te leo atentamente. Eres un ejemplo a seguir en muchos aspectos. Quien más quien menos, muchos tenemos vivencias parecidas que hemos resuelto más o menos bien. Te confieso que soy psicólogo clínico jubilado con larga experiencia en consulta y docencia pero me estás enseñando mucho y bien. Cuánto queda por aprender y madurar…! Gracias por tu ejemplo y tesón. También tenemos en común el amor por la montaña como montañero pero no escalador. Hasta fui rescatado con otros cuatro por el GREIM, en agosto del 2014. Ah, y mis abuelos materno y paterno fueron guardia civil
Gracias Fernando, ¡qué hermosas palabras!
Me llena de amor ver que mi historia sirve para ayudaros a mirar hacia dentro y hacia atrás, para entender muchas comportamientos de nuestras vidas condicionados por la información de la familia, las creencias, la educación…. Es mágico tomar conciencia y aplicar el amor y la compasión. Estaremos toda la vida aprendiendo, pues la vida es un viaje del héroe para alcanzar nuestra propia individuación. Conocernos es la labor más bonita que tenemos.
Como nada es por casualidad, tu información y la mía son muy parecidas, claro. A mi también me sacó el GREIM de una pared hace unos años! jajaja Que bueno, me encanta!Gracias por leerme Fernando, tus aportaciones me hacen sentir que estoy en el camino correcto.
Un abrazo
Patricia tienes una manera tan facil y clara de mostrarnos el camino que has recorrido y cómo has logrado comprender que todo tiene un para qué , que me es muy facil entender todo lo que a mi me pasa, otra vez, mil gracias!!!! Por compartir tu camino y mostrarnos que existe otra manera de entendernos GRACIAS !!!!
Me alegro corazón. Desde luego que desde la experiencia personal se puede mostrar mejor el camino del despertar. Conectar con uno mismo es poderoso y liberador. Me alegro de que estés en el camino. Gracias preciosa.